Su entrada en vigencia constituye un cambio muy relevante en materia de la seguridad privada en nuestro país, ya que establece nuevos estándares tecnológicos, profesionaliza el rol del personal operativo, incorpora protocolos formales de gestión de evidencia audiovisual y delimita con mayor claridad la relación entre seguridad privada y seguridad pública.
La modernización, antes conceptual, ahora se vuelve exigencia operativa: tecnología certificada, trazabilidad en la información, procedimientos homologados y capacitación especializada. Para empresas del rubro y para entidades obligadas, el cambio será gradual, pero con efectos concretos desde su primera fase de despliegue.
¿Qué cambia con esta ley?
La nueva ley introduce una transformación estructural del sector, orientada a elevar los niveles de control y capacidad preventiva:
- Estándares homologados para sistemas de alarmas, cámaras y videovigilancia.
- Uso obligatorio de bodycams para guardias con armas no letales, uno de los hitos que activa el proceso de implementación.
- Protocolos formales para registro, almacenamiento y gestión de evidencia audiovisual.
- Mayores exigencias en certificación, formación y habilitación profesional.
- Nuevo modelo basado en evaluación de riesgo, que determina las medidas aplicables por tipo de instalación o actividad.
- Límites operativos más nítidos entre funciones privadas y funciones policiales.
El objetivo es claro: tecnología más avanzada, que asegure una mayor trazabilidad, lo cual va acompañado de una mayor profesionalización, y nuevas exigencias a nivel operacional.
Securitas Chile y nuestra adaptación al nuevo escenario regulatorio
Anticiparnos, no reaccionar. Ese ha sido nuestro enfoque frente a la transición que trae la Ley 21.659. Hemos avanzado de manera preventiva en la alineación de nuestros procesos, capacidades humanas y soluciones tecnológicas para cumplir con los requerimientos que esta normativa demandará en su fase activa.
- Protocolos estandarizados y trazables diseñados para cumplimiento e inspección.
- Soluciones integradas de seguridad que combinan CCTV, alarmas, control de acceso y monitoreo avanzado.
- Programas de formación, certificación y desarrollo profesional para nuestro personal de seguridad.
- Acompañamiento estratégico para organizaciones que requieren adecuar sus estándares y sistemas a la normativa vigente.
- Herramientas y procesos para asegurar una óptima evaluación de riesgos.
Transparencia, cumplimiento y excelencia operativa son pilares de nuestra gestión y del rol que asumimos en este período de transición normativa, consolidando nuestro compromiso con clientes, instituciones y el país.
Hacia una seguridad moderna y responsable
Con la entrada en vigencia de La Ley 21.659, se da inicio a una nueva etapa dentro del ámbito de la seguridad privada, elevando los estándares en el sector, impulsándonos a innovar, dentro de los servicios que ofrecemos a nuestros clientes. La nueva normativa trae consigo una serie de nuevas exigencias, dentro de las cuales encontramos la de mantener una más completa evidencia de los servicios que se prestan, a través de una homologación tecnológica y responsabilidad verificable, marcando un punto de inflexión en la manera en que el país enfrenta la prevención del delito y la protección de infraestructura crítica.
La seguridad privada se consolida como un actor preventivo —no policial— pero esencial en la protección de personas y activos. La exigencia es operar con calidad medible y trazabilidad real.
Con casi dos décadas de presencia en Chile, en Securitas asumimos este desafío con visión de futuro: apostamos por tecnología certificada, profesionalización continua y cumplimiento regulatorio como elementos centrales de nuestra propuesta de valor.
El camino que se inicia requerirá adaptación, inversión y evolución permanente. También representa una oportunidad para construir un ecosistema de seguridad más sólido, más transparente y preparado para los desafíos que vienen.
